Desde mi bohío
El burro: factor de desarrollo, en Cuicas
PASCUAL VILLEGAS - Todos (o casi todos) sabemos que el burro (Equus asinus) es un animal mamífero, cuadrúpedo doméstico, más pequeño que el caballo, con grandes orejas, cola larga, pelo áspero (negro, blanco o grisáceo). Además sabemos que por ser un animal muy resistente se usó mucho como medio de transporte y/o de carga, hasta mediados del siglo XX, en este pueblo de Cuicas.
No tenemos datos precisos que nos indiquen desde cuándo el burro le ha servido a la humanidad, a nivel mundial, como vehículo de transporte y/o de carga. No obstante, sí sabemos que antes del nacimiento de Jesús (el Niño-Dios), allá en Belén, ya el burro era usado como medio de transporte. Es más, cuando revisamos la Biblia nos encontramos con un texto que justifica nuestra afirmación. No lo transcribimos, pero lo podremos leer en el Evangelio según San Lucas, capítulo 19, versículos 28 al 40.
Otra cosa. En torno al burro, la Biblia nos refiere que este humilde animal simboliza el tiempo de paz, cuando la gente puede viajar, ir del campo a las aldeas y llevar sus productos para comerciar. Así, tal como lo dice la Biblia, al pueblo de Cuicas que conocimos en la década de los ´50 llegaban, provenientes de los caseríos que conformaban el entonces municipio del mismo nombre, muchos burros cargados con los productos del campo que se vendían en el pueblo y, en la tarde, regresaban a su lugar de origen cargados con los víveres (la "cesta básica", como decimos hoy) que los trabajadores del campo compraban en los negocios del pueblo para su condumio y para proveer las pequeñas pulperías campesinas. En ese tiempo la actividad comercial en Cuicas y sus caseríos era muy próspera.
Era tan próspera que todavía, en estos tiempos (estamos escribiendo el 19 de enero de 2011) aparecen en nuestra memoria los burros cargados que, al llegar a las Cuatro Esquinas (El Vigía), eran amarrados a lo largo de la calle principal. De esa época recordamos, especialmente, los bien cuidados burros de los arrieros: Agapito Durán (de San Pedro), Audelino Torres (de Tamborcito), Juan Nieves (de La Ribera), Alpidio Morales (de Cerro Largo), Miguel Torres (de El Güereve), Jesús María "Chuy" Vitorá (de Palmira), Silvestre Montilla (de El Paramito -frío-), Juan Bracamonte (de Palmira), Melanio Marín (de Los Chaos), Floro Padilla (de El Caballo) y otros.
Esos burros, después de atravesar los pedregosos y fangosos caminos de la época, llegaban a este pueblo de Cuicas rebuznando (roznando, decíamos los muchachos), con una carga de ocho arrobas (noventa y dos kilogramos) sobre sus lomos. Imaginemos, carísimos lectores, la resistencia de este animal solípedo. ¿Qué traían de los ubérrimos (fértiles) campos cuiqueños? De todo; traían: quesos, panela, café, piñas, aguacates, naranjas, limones dulces, yuca, apio, ocumo, cambures, leña, cacao, maíz, caraotas y madera (tablas, cuartones y listones), entre otros productos del campo.
Después de visitar las tiendas (donde vendían telas, ropa hecha y zapatos) y los negocios (donde vendían víveres, generalmente) del pueblo los campesinos (personas que viven y trabajan en el campo) regresaban con "la fresca" (tarde de tibio sol) a sus lugares de procedencia con las bestias cargadas. Los mayores y algunos muchachones regresaban temprano con alguna bebida espirituosa de avío, para ir "chupandito" a lo largo del camino. Otros regresaban más tarde; porque (¡muy amables!), tenían que esperar a las lindas muchachas y ayudarlas a llevar los paquetes. Eran las muchachas que llegaban de los campos, a este pueblo de Cuicas, con el fin de comprar las telas de policromáticos colores para sus vestidos y los zapatos más bonitos que existían donde: Santos Vargas, Sinforiano Perdomo, Eustacio Pérez, Catalina Friorito o Berta de Lucena. Pues, a pesar de ser muchachas del campo, sabían vestir muy bien.
Con esta crónica, carísimos lectores, creemos haber dejado constancia, para la historia mínima, de la importancia que tuvo el burro como factor de desarrollo y progreso en el entonces municipio Cuicas (estado Trujillo) hasta la primera mitad del siglo XX. Asimismo, pretendemos que sirva para que los cuiqueños, y los no cuiqueños, comprendan algunos detalles psicológicos y sociales que justifican el comportamiento de la sociedad cuiqueña de aquel entonces.pv
El burro: factor de desarrollo, en Cuicas
PASCUAL VILLEGAS - Todos (o casi todos) sabemos que el burro (Equus asinus) es un animal mamífero, cuadrúpedo doméstico, más pequeño que el caballo, con grandes orejas, cola larga, pelo áspero (negro, blanco o grisáceo). Además sabemos que por ser un animal muy resistente se usó mucho como medio de transporte y/o de carga, hasta mediados del siglo XX, en este pueblo de Cuicas.
No tenemos datos precisos que nos indiquen desde cuándo el burro le ha servido a la humanidad, a nivel mundial, como vehículo de transporte y/o de carga. No obstante, sí sabemos que antes del nacimiento de Jesús (el Niño-Dios), allá en Belén, ya el burro era usado como medio de transporte. Es más, cuando revisamos la Biblia nos encontramos con un texto que justifica nuestra afirmación. No lo transcribimos, pero lo podremos leer en el Evangelio según San Lucas, capítulo 19, versículos 28 al 40.
Otra cosa. En torno al burro, la Biblia nos refiere que este humilde animal simboliza el tiempo de paz, cuando la gente puede viajar, ir del campo a las aldeas y llevar sus productos para comerciar. Así, tal como lo dice la Biblia, al pueblo de Cuicas que conocimos en la década de los ´50 llegaban, provenientes de los caseríos que conformaban el entonces municipio del mismo nombre, muchos burros cargados con los productos del campo que se vendían en el pueblo y, en la tarde, regresaban a su lugar de origen cargados con los víveres (la "cesta básica", como decimos hoy) que los trabajadores del campo compraban en los negocios del pueblo para su condumio y para proveer las pequeñas pulperías campesinas. En ese tiempo la actividad comercial en Cuicas y sus caseríos era muy próspera.
Era tan próspera que todavía, en estos tiempos (estamos escribiendo el 19 de enero de 2011) aparecen en nuestra memoria los burros cargados que, al llegar a las Cuatro Esquinas (El Vigía), eran amarrados a lo largo de la calle principal. De esa época recordamos, especialmente, los bien cuidados burros de los arrieros: Agapito Durán (de San Pedro), Audelino Torres (de Tamborcito), Juan Nieves (de La Ribera), Alpidio Morales (de Cerro Largo), Miguel Torres (de El Güereve), Jesús María "Chuy" Vitorá (de Palmira), Silvestre Montilla (de El Paramito -frío-), Juan Bracamonte (de Palmira), Melanio Marín (de Los Chaos), Floro Padilla (de El Caballo) y otros.
Esos burros, después de atravesar los pedregosos y fangosos caminos de la época, llegaban a este pueblo de Cuicas rebuznando (roznando, decíamos los muchachos), con una carga de ocho arrobas (noventa y dos kilogramos) sobre sus lomos. Imaginemos, carísimos lectores, la resistencia de este animal solípedo. ¿Qué traían de los ubérrimos (fértiles) campos cuiqueños? De todo; traían: quesos, panela, café, piñas, aguacates, naranjas, limones dulces, yuca, apio, ocumo, cambures, leña, cacao, maíz, caraotas y madera (tablas, cuartones y listones), entre otros productos del campo.
Después de visitar las tiendas (donde vendían telas, ropa hecha y zapatos) y los negocios (donde vendían víveres, generalmente) del pueblo los campesinos (personas que viven y trabajan en el campo) regresaban con "la fresca" (tarde de tibio sol) a sus lugares de procedencia con las bestias cargadas. Los mayores y algunos muchachones regresaban temprano con alguna bebida espirituosa de avío, para ir "chupandito" a lo largo del camino. Otros regresaban más tarde; porque (¡muy amables!), tenían que esperar a las lindas muchachas y ayudarlas a llevar los paquetes. Eran las muchachas que llegaban de los campos, a este pueblo de Cuicas, con el fin de comprar las telas de policromáticos colores para sus vestidos y los zapatos más bonitos que existían donde: Santos Vargas, Sinforiano Perdomo, Eustacio Pérez, Catalina Friorito o Berta de Lucena. Pues, a pesar de ser muchachas del campo, sabían vestir muy bien.
Con esta crónica, carísimos lectores, creemos haber dejado constancia, para la historia mínima, de la importancia que tuvo el burro como factor de desarrollo y progreso en el entonces municipio Cuicas (estado Trujillo) hasta la primera mitad del siglo XX. Asimismo, pretendemos que sirva para que los cuiqueños, y los no cuiqueños, comprendan algunos detalles psicológicos y sociales que justifican el comportamiento de la sociedad cuiqueña de aquel entonces.pv